DEL ROL DEL FESTEJANTE
¿Por qué es necesario en este contexto –soledad, abandono y tristeza- tener un festejante?
Un festejante es un ser –imaginario o real- que logra modificar la situación de soledad imperante en la vida de personas que no tiene vida social (lo de vida social será desarrollado en otra ocasión, o quizás nunca sea desarrollada ya que eso depende de la voluntad personal del autor o sea yo, y no se si quiero explicar lo de vida social).
¿Como lo hace? Y probablemente no salga de debajo de la cama o del placard, ya que seria ridículo tener alguien escondido no les parece, además de incomodo, cualquiera podría pensar que uno no esta en sus cabales.
El festejante se destaca por hacerse notar frente al festejado, es decir si alguien no se hace notar no es festejante de nadie.
Si el festejante no es real la situación es compleja ya que depende del estado anímico del festejado. Probablemente una persona que tiene un festejante imaginario se apoye en el en momentos de depresión, ya sea para salir de la misma como para profundizarla.
Seria muy importante que cada persona que se considere festejado sepa distinguir entre uno real y uno imaginario.
Que un ser de carne y hueso se presente frente a nosotros no significa para nada tener un/a festejante real. Esto nos demuestra lo difícil que resulta sobrellevar la presencia de un festejante o no.
Salir con un festejante puede resultar muy sencillo, sin embargo si éste es imaginario puede repercutir en el ambiente en el cual nos encontramos. Puede ser que el vernos hablar con nuestro festejante imaginario provoque incomodidad.
Con estas palabras intento que no dejemos a su suerte a los festejantes -reales o no-ya que resulta racional que un festejante desorientado o deprimido no logre festejar a nadie.Además un festejante enojado no es buena compañía, imagínense un festejante molestándote todo el tiempo. Una cosa desagradable.......
Por Rodolfo Orozco
HAY QUE PENA DE TI
No es fácil. Sentir que todo lo que haces no lleva a ninguna parte. Sentir que tu vida gira en torno a la nada. Sentir que por más rápido que corras, siempre está delante de ti, nunca a tu lado. Sentir que cada suspiro que le regalas es una más de las brisas que rozan su cara. No es fácil.
Ser un festejante implica más que simplemente querer y desear a alguien. Es preciso mucho coraje continuar a pesar de la indiferencia, a pesar de que no sos más que un utensilio, un adorno en su vida. Ser un festejante es tener como principal enemigo el desinterés, que tarde o temprano termina siendo tu amigo, te aferras a él como si fuera tu única razón para luchar… luchar contra él.
No es fácil aprender a vivir con la frialdad, porque no tiene más que eso para ofrecerte. Te conformas con las sobras, con pequeñas migajas que jamás te saciarán pero son suficientes para volverte adicto, y no puedes dejarlas, necesitas más, es por eso que continuarás a su lado, y su apatía te destruye, lo sabes, pero ¿qué da?, continuas detrás de esa persona, como un perro que no reconoce quien es realmente a su dueño.
Pero cuando trates de alejarte, no lo permitirá. No puede dejar que se vaya aquel que llena sus días de pequeños detalles, de pequeñas muestras de cortesía ¿de cariño? Porque para el otro también es adictivo. Fortaleces su ego, alimentas su estima, le haces sentir que siempre hay alguien pensando en aquella persona. Y es verdad, y lo sabe, por eso te ata a su lado, aunque no quiera ofrecerte nada a cambio, aunque entre sus prioridades hayan otras personas, aunque en su mundo estés solo de relleno.
Sin embargo, todo es tan paradójico. Aquello que tanto mal te hace, es lo que te permite seguir. Todo lo que sientes, todo lo que buscas, todo lo que esa persona representa, es lo que te mantiene vivo. Y ese dolor es tu razón de ser. Te duele ser un festejante, pero te gusta, no sabrías otra forma de vivir.
Por Andy
MIREMOS CON ATENCIÓN, NO SOLO HAY UNA INTENCIÓN
Hablamos de festejantes, aquellos que están cual mosca a tu alrededor, despiertan tus sentidos de cualquier forma, ya sea irritándote, dándote sensibilidad, levantándote la autoestima, como sea. Algunos lo verán de otra manera.
En fin hablemos de ellos y su oficio. Por cierto no reconocido por muchos. Es más, un oficio por el que muchos habrán pasado y no se dieron cuenta. Y en ocasiones habrán sido festejantes y festejados a la vez.
Quien no tuvo alguien obsesionado con uno? Alguien que no tiene vida más que estar pendiente constantemente de lo que uno hace, quiere o deja de hacer, y sin que uno siquiera lo registre o quiera tener algo con él.
Si, ese es el festejante, él que no entiende de ninguna forma o no quiere entender, que para ese otro no existe y la obsesión solo se torna cada día más pesada. Que cada día lo consume, consume su vida y no lo deja ver más allá de ese a quién festeja. Aquel por quien deja correr el tiempo sin sentido.
Pero no debemos confundir los festejantes, los obsesionados. Con aquellas personas que realmente te quieren, para quienes no sos un simple objeto de obsesión. Sino que para quienes sos realmente importante en sus vidas y están pendiente, y se preocupan por vos, porque así lo sienten, porque sos una partecita de su ser. Y están, y no esperan nada a cambio, más que una sonrisa o el verte bien. Y por eso te festejan, para no verte mal porque eso también les hace mal.
Y sí…muchas veces los confundimos y todos van a parar a la misma bolsa. Pensamos que porque hace ruido, no te puede dar más que simples adornos y guirnaldas. Y así sin darnos cuenta podemos terminar perdiendo muchas cosas, pequeñas cosas que nos privamos de conocer.
En estas últimas líneas solo queda por decir, mira bien quien te corteja, quizás solo tiene papelitos de colores y lindas frasecitas, que nada le producen; o simplemente adularte querer ganarte como premio, eso lo obsesiona. Pero quizás, tengas alguien delante, que quiera llamar tu atención, a quien tu esencia lo completa, y quizás se correspondan los dos.
Por Pame