Alguien me dijo alguna vez que soy un incomprensivo, yo me defendi diciendo que simplemente era un tipo al que no le gustaba las vulgaridades humanas. Darío... un muy amigo.

Se me acusa de que yo me niego a ir en nada contra mí mismo

lunes, 29 de septiembre de 2008

ALMA DE DIAMANTE


Cómo reconocés a un duende en la inmensidad del caos de la metrópoli? Cómo lo encontrás en la infinidad de un mundo que derrocha locura?


Hallar un duende azul puede ser tan complejo como simple.

Está, siempre está. Pero no todos lo ven porque no saben como hacerlo.


Es tan diminuto que podría esconderse debajo de la solapa que marca la lectura en un libro de Cortázar. Sin embargo busca volar. Lo intenta remontando telas al infinito, balanceándose en altos trapecios o escalando zancos que lo trasladan por las nubes.


Si haces mucho silencio, es posible que logres escucharlo. Exhala murmullos, susurros imperceptibles dentro de esta atmósfera de estress y desconcierto. Pero sus palabras son expresiones auténticas de un alma pura. De un alma de diamante.


En su trayecto deja una oleada de colores, donde quieras que lo mires brilla, refleja y maquilla el mundo. Deja ese tinte de alegría que recuerdan a una eterna primavera.


Este duende se caracteriza por parecer un ser simple, hasta transparente. Pero no lo subestimes. En su esencia se constituyen miles de secretos, de temores y anhelos, que difícilmente lleguen a salir al mundo, que lo hacen impredecible, indescifrable y muchas veces paradójico.


Pensándolo bien, creo que será muy difícil encontrarlo. Ya que solo existe uno. Un solo duende azul que aparece y desaparece. Que ríe y que llora con la misma frecuencia que se embarca en aventuras. Tiene su propio cosmos, duende del aire.


Los duendes no envejecen. Crecen. Se hacen fuertes. Se vuelven invencibles.

Felicidades Pame. Muy feliz cumpleaños.


lunes, 22 de septiembre de 2008

Próxima Estación--Paraná

Basta de tanto bardo. Llegó la primavera y todo ese mito de flores, pajaritos, perfume y amor en el aire. Y por cierto para los estudiantes posadeños que esperaban la estudiantina, llegó la lluvia.
Pero mientras todos están preocupados por esas trivialidades, los duendes estamos ansiosas, nerviosas por la presentación de nuestra niña en la ciudad de Paraná. Así es, esa será nuestra próxima estación el 24 de septiembre. Allí estará ella para que todos la conozcan, nuestro esfuerzo, nuestro sueño, a quien le damos el alma junto a un gran equipo. Allí estará nuestra revi PROXIMA ESTACION en el encuentro de carreras de Comunicación Social de todo el país organizado por la Federación Argentina de Carreras de Comunicación Social (FADECCOS).
Y así de a poquito nuestra hija está creciendo y va dando pequeños pasos y nuerto orgullo es cada vez más grande…








miércoles, 17 de septiembre de 2008

no le zafo al bardo...

Ha reaparecido un duende. Después de mucho tiempo de no meterme en este campo digital acá estoy de vuelta para seguir dejando huellas.
Y pensando en lo que mis amigas duendes vienen diciendo creo que no se puede zafar, por más que uno quiera o muchas veces piense que lo hace. El bardo siempre está, la maldita realidad nos cae encima y los hombros ya no nos dan más de tanto peso. Pero es en ese momento, que yo al menos pienso, donde estoy parada y cómo llegué donde estoy. Es en ese segundo que todo el esfuerzo de mi vida y el camino que me fui abriendo me dicen: nada es fácil, la complejidad es parte de la existencia humana. Cuando el mundo es una mierda hay que pensar que podría ser peor, no le zafes al bardo hay que ponerle el pecho. El bardo es parte del equilibrio, es necesario al otro lado de la balanza, pero cuando se torna insoportable ignóralo es lo peor que le podes hacer. Obvio que cuesta, pero cuando das el primer paso y caminas pensando en que la vida es bella y el bardo está a tu lado. Ni cuenta te das y el bardo pasó, listo sobreviviste. Y así en algún momento volverá, mientras tanto habrán momento hermosos y seguís viviendo.

martes, 16 de septiembre de 2008

ZAFA EL BARDO: cuando el mundo es una mierda.


Todo transcurre con un cierto ritmo, se mantiene en un equilibrio tal, que no todo está tan bien, pero no lo suficiente mal como para negativizarte.
Hasta que deja de ser así.

Hasta que de repente tu vida se satura. El azúcar ya no se diluye más en el agua.
Todo se junta en un mismo espacio-tiempo para complicar tu –en ese momento- frágil existencia.

Todo. De repente empiezan los parciales y prácticos en la facultad. Tu laburo se complica. Tus amigos o seres cercanos se cuelgan. Tus proyectos se caen. Tus planes se echan a perder. Te vienen todas las cuentas más altas. Todo el mundo tiene algo que tirarte en cara. Cada foco de tu casa se quema o el gas termina. El perro de tu vecino concreta largas maratones nocturnas de ladridos. Te sale fuegos en la boca o la muela del juicio, tan oportuna. O simples seres ínfimos, como mosquitos en la noche, te hacen la vida imposible.

Todo. Todo junto. Y se completa con el hecho de que parece que todos a tu alrededor están igual, y te transmiten todo su cosmos de energías negativas (como si no alcanzara con el tuyo propio).

Y soportás. Cada día en esa semana tiene como fin último llegar a la noche, algo cuerdo aunque sea. Y los días son lentos. Las horas no te alcanzan. Tu cotidianeidad se empecina en golpearte con cada simple situación. Pero la semana no termina aún, ‘tenés que seguir’ te decís.

Hasta que, como debía pasar, como sabías que pasaría, llegás a tu límite. Ese límite siniestro donde todo deja de tener sentido. Un limbo negro que evita que puedas tranquilizarte. Dimensión sombría donde todos te irritan, incluso vos mismo lo hacés. Todo se transforma en trágico, o simplemente enloquece ¿o sos vos? Justo ahí es donde exclamás: “el mundo es una mierda!”. Y en ese momento tenés todo los argumentos para justificar tu enunciado.

Ese es el clímax de esa colmada existencia. Después de eso, las cosas simplemente no empeoran. O mejoran, o te dejan de importar, lo que evita que te sigas complicando y preocupando por todo aquello.

Te calmás. Decidís dormir bien. Y de repente descubrís que el mundo no era tan cruel, es el mismo de siempre, solamente que vos te estuviste aferrando a cuanta negatividad te rodeara como si fuera tu bandera de lucha. Cuando lo reflexionás, solamente atinás a sonreírte, o reírte capáz. Fue duro. Pero te sentís orgulloso de haber ‘sobrevivido’.

martes, 9 de septiembre de 2008

ZAFÁ EL BARDO: Siempre: “Todo bien che… Después nos vemos!”

Siempre pasa lo mismo. Uno va caminando por la calle, el centro de la ciudad, y siempre va muy apurado, bah… No siempre, pero en esos momentos en el que uno está apurado, siempre encontrás a algún amigo, familiar, conocido, ex, etc. que no ves hace mucho tiempo… Siempre.


Y aunque intentes explicar, advertir o exponer tu apuro, y no quedar como el malo de la película, hay veces que ocurre que te detienen porque hace siglos que no se ven, que no pasas por su casa, que no le mandas un mensaje. En fin, el destino nunca hace que se encuentren, siempre que uno no esté ocupado.


No es que uno no quiera saber de ellos, pero parece que el universo se complota para que todas las personas que no ves, sabes o ignoras hace tiempo se crucen en tu camino… Justo, y siempre ocurre, en ese momento en el que uno esta muy apurado, ocupado, que necesita correr para llegar a algún lugar o encontrarse con alguien, siempre aparece ese al cual uno no ve, sabe o ignora hace mucho tiempo!


¡Por favor, che! No es mala onda, leche o vibra, es que uno está apurado, no que uno no quiere verlo, si, bueno, en realidad, capaz quiera verlo, pero no siempre, o que uno lo ignora porque vaya a saber que cosa ha ocurrido, pero no es que uno no quiera saber nada… Bah, nose... ¡Zafen al bardo! Estoy apurado.


Leandro Diaz

lunes, 1 de septiembre de 2008

ZAFÁ EL BARDO: La creación


* Ganarse la vida no es lo mismo que ganarse el pan de cada día. En un presente de inestabilidad laboral y creciente explotación patronal, las pocas oportunidades reales pueden llevarte muy lejos de lo que consideras tu profesión como lugar en el mundo. Abogados, contadores, comunicadores, doctores, estudiantes y/o egresados, trabajando de playeros en estaciones de servicio, como albañiles en construcciones, o chicos que leen apuntes académicos mientras atienden a los clientes de cibers, (sin intenciones de desmerecer cualquier modo de insertarse en el mundillo socioeconómico de la sociedad) son algunos ejemplos a la vista diaria. Sumado al hastío que te produce emplearte para medios de comunicación que “dibujan” las informaciones de acuerdo a los intereses de las líneas de política partidaria que los solventan económicamente; en tu cabeza siempre está la necesidad de hacer un clic para zafar al bardo y encontrarle un sentido a todo esto. Por eso, crea un propio espacio de expresión, porque ganarse la vida es vivir cosechando sueños para sembrar felicidad personal y descubrir que venerar los ideales adquiridos es respetarse a uno mismo.
Por más pequeño que sea, dirás todo lo que quieras de la forma que quieras. La libertad de expresión es un principio de enorme valor que bien vale el sacrifico de enfrentar lo que venga.

* Las amistades se solidifican en actividades comunes, trabajando a la par en búsqueda de ideales compartidos. Con la consigna de no conformarse para alcanzar más metas contagiándose las ganas de auto-superación se aprende de la mirada del otro, en ocasiones similares y en otras distintas. Esto ayuda a disfrutar a pleno cada pequeño nuevo triunfo y enfrentar los inconvenientes en todo el proceso de producción para hacer perdurar el proyecto el mayor tiempo posible.

* Sabido es que toda creación en circulación se expone a los comentarios de la cantidad de gente que sienta necesidad de hablar de ello. Y aunque las opiniones de los receptores nunca modifiquen demasiado las razones de fondo del proyecto propio que no le debe nada a nadie siempre es mejor que tengan algo para decir, lo que sea.

* En la actual sociedad de desalmado capitalismo las historias de revoluciones humanas, resistencia, lucha, sueños e ideales se señalan cada vez más como arranques de locura cuando no se adaptan a la lógica de consumo material. Por ello, constantemente han de mirarte incrédulamente cuando tras la pregunta “¿y de donde sacan la plata para hacer esto?” respondas que la autogestión lógicamente deriva en que se gasta mucho más de lo que se recupera. El materialismo está inmerso en cada primera conclusión y solo en escasas oportunidades entenderán que los proyectos propios se elaboran de tal manera, con la necesidad de correr riesgos financieros para mantener la autonomía editorial.

* La palabra escrita puede ser un arte cuando se la trabaja con pasión alejado de las cuadradas estructuras ordinarias. Su característica de perpetuidad como recurso para fundamentar pensamientos es muy seductora. Y como toda expresión artística nace en su forma más pura por la independencia de la persona que la elabora.
Para alguien que cree en el sueño de la libertad como manera de buscar los momentos de felicidad, la creación siempre será la mejor manera de zafar al bardo que provoca la alienación, la comodidad y el aburrimiento rutinario.


(este texto es una simple recopilación de diálogos internos que se dan dentro de mi cabeza).

Charly esperanza.