Alguien me dijo alguna vez que soy un incomprensivo, yo me defendi diciendo que simplemente era un tipo al que no le gustaba las vulgaridades humanas. Darío... un muy amigo.

Se me acusa de que yo me niego a ir en nada contra mí mismo

martes, 22 de julio de 2008

SOBRE LA MEMORIA, LA LLUVIA Y OTRAS COSAS...


Volvía impasible de la casa de un amigo. No había luna, pero las nubes que revestían la noche no la hacían menos oscura, menos sombría. Una gota fría –que contrarrestaba con el sofocante calor de la atmósfera misionera-, sucedida por otra y por otras miles. Cientos de miles. Empapada, siguiendo el impulso absurdo de correr, de escaparse de la lluvia, emprendí una acelerada marcha.


Cada uno de mis cabellos hacía de tobogán para cada gota que ansiaba por llegar al suelo. Me detuve. Experimenté una agradable sensación de sentirme invadida por el mundo mismo. Despacio, disfrutando de cada paso. Sin refugiarme más bajo los techos de las casa y negocios; sola la noche, la lluvia y yo.


Me sentí como personaje de una película triste. De aquellas donde predomina el sepia y tonos grises. Film antiguo que revive recuerdos en los espectadores. Como una retrospección de la vida –humana- misma, “memoria del mundo, cuya metamorfosis sin fin se llama historia”.


Recordar, recordarme, recordarnos. Memoria. “Merodeando las fronteras de nuestra vida, contemplando el Crepúsculo de los ídolos, las sombras se desvanecen y se confunden, y donde no hay sombras los fantasmas no existen, sólo la memoria pervive”.


No hay sentido sin pasado. No hay significación sin memoria. Y sin memoria no hay identidad. Ya lo decía Borges:
“Es sabido que la identidad personal reside en la memoria y que la anulación de esa facultad comporta la idiotez. Cabe pensar lo mismo del universo. Sin una eternidad, sin un espejo delicado y secreto de lo que pasó por las almas, la historia universal es tiempo perdido, y en ella nuestra historia personal –lo cual nos afantasma incómodamente-”.


Somos lo que nuestro pasado fue. Nada nuevo inventamos, nunca. Cada cosa que hacemos es una resignificación, una reconstrucción, una actualización de lo que sucedió. De las cosas que conocemos. Ritualizaciones: cuadros sociales de la memoria colectiva. Allí donde se ponen en escenas los mitos; donde se operacionalizan los símbolos; una eterna transformación del sentido del pasado del hombre.


“Porque la memoria es lo que resiste al tiempo y a sus poderes de destrucción, y es algo así como la forma que la eternidad puede asumir en ese instante tránsito”- Ernesto Sábato-

2 comentarios:

Anónimo dijo...

"Los hechos graves están fuera del tiempo ya porque en ellos el pasado inmediato queda como tronchado del porvenir ya porque no parecen consecutivas las partes que lo forman"
Jorge Luis Borges

Anónimo dijo...

Somos no sólo recuerdos mezclados con olvido, pues no podemos recordar todo ni olvidar todo, hay un equilibrio, y a veces un desiquilibri entre estos mundos... algunos creen que sólo se recuerda lo que es digno de ser recordado o lo que no podemos sacar de nuestras mentes... Esto empeora cuando el tiempo también cuando el tiempo lo apoya (como la lluvia).