Alguien me dijo alguna vez que soy un incomprensivo, yo me defendi diciendo que simplemente era un tipo al que no le gustaba las vulgaridades humanas. Darío... un muy amigo.

Se me acusa de que yo me niego a ir en nada contra mí mismo

martes, 10 de junio de 2008

VERNOS EN LOS OJOS DE LOS DEMÁS...


Paseando por los apuntes y bibliografía de una cátedra me encontré con un párrafo de Jean-Paul Sartre. Qué come cabeza este hombre!

“A través del fenómeno de la “mirada” es donde el significado profundo de la relación con el otro puede percibirse mejor: ‘es suficiente que el otro me mire para ser lo que soy’. Pero la mirada del otro tiende a percibirme como cuerpo y, por lo tanto, a objetivarme; a través de él, me tomo como objeto desconocido de apreciaciones reconocibles, sin que pueda actuar sobre estas apreciaciones. Mi cuerpo es no solamente vivencia subjetiva, sino también objeto de puntos de vista que no puedo aprehender y que se escapan; es ese perpetuo “afuera” de mi “adentro” más íntimo; pero sólo el otro puede verme “tal como soy” y me transmite eventualmente esta visión por el lenguaje. Es necesario resignarse a verse por los ojos de los demás y a conocer nuestro ser por las revelaciones del lenguaje de los otros”.

Nosotros nos construimos y tenemos consciencia de nosotros mismos en la relación con los demás.

Esto me lleva a pensar un par de cosas sobre cómo nos percibimos, y cómo nos perciben…
La idea que solía tener sobre este tema es que en la vida cotidiana mostramos o pretendemos mostrar esa imagen que queremos que tengan de nosotros, dejamos que los demás vean de nosotros solamente aquello que queremos que sea visto: “construimos nuestra imagen o la percepción que se tiene de nosotros en los otros”. “Creamos un personaje” que usaremos para tratar con el mundo, utilizamos nuestro cuerpo de cierta manera, nos movemos, vestimos y hablamos de determinada manera, porque así queremos que la sociedad nos entienda, nos vea y en relación a esto, nos trate (no somos pavos, sabemos qué dejar que sea visto en nosotros y qué no). Es una perspectiva subjetiva en la que nos entendemos como los artistas de nosotros en el mundo!!

Sin embargo Sartre con su simpática cita hace que nos pensemos de otra manera: nuestro cuerpo deja de ser una “vivencia subjetiva” para transformarse en un “objeto” que crea imaginarios alrededor suyo que no podemos controlar ni aprehender (a menos que nos los digan). “Por eso la mirada de los demás me convierte en objeto y me aliena”, el otro me construye y me crea desde su lugar, nos quita de ‘nuestra subjetividad’ en la que nos pensábamos y movíamos tranquilamente para vernos como una “construcción propia (suya)” la cual no podemos manejar ni enterarnos totalmente de qué se trata realmente. La mirada del otro me moviliza o inmoviliza, me aliena ¿no da un poco de pánico esto? Entonces nuestra reacción en defensa frente a esta “objetivización alienante” es convertir a ese otro en nuestro objeto, lo controlo, lo limito: lo construyo en mí.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y es una cuestiòn pronominal también, bien lo explica la teoría de la subjetividad en el lenguaje. Los pronombres, palabras vacías en sí mismas pero que se llenan de significado cuando son emitidas, pronunciadas, dichas, referidas. YO sin VOS, no existe, y no es mero sentimentalismo que pueda sospecharse, es que YO sin VOS (o sin EL) no tendría razón de ser...
Lamirada del otro que me vuelve objeto y el otro volviéndose objeto frente a mimirada, y mientras nos miramos, ÉL y YO, YO y ÉL, otro 'otro' nos vuelve objeto, dos que somos objeto de un 'tercero', no necesariamente en discordia, un árbol, un caminante que pasó, un pajarito, 'una flor amarilla'...
Supongo que esto de cargar uno con la objetivación de otro puede ser desgastante, perturbante y hasta aniquilante, pero creo que en este objetivar/se radica también aquello de ASUMIRSE: asumirse visto vestido o desvestido, asumirse objeto subjetivo, asumirse real o ficción, asumirse UNO -sentido existencialista básico y elemental- asumirse frente a ese otro que se asume y es asumido y así, ad infinitum, porque de lo contrario, YO asumida Sin VOS, sería un grito sordo, sería la no palabra, ¿sería? No, YO sin VOS, no sería.

Buen escrito, me encanta Juan Pablo S.
Saludos!
Carla