Se viene la Marcha Nacional de los Chicos del Pueblo!!
De Iguazú a Plaza de Mayo...
El movimiento Nacional de los Chicos del Pueblo está integrado por obras de casi todo el país. Llamamos obras a las formas organizativas de cada lugar. Por ejemplo hogares, casa de día, granjas-escuelas, organizaciones barriales y comunitarias, emprendimientos productivos; escuela de educadores, agencia de noticias o bien combinaciones de varias formas organizativas. Pero el Movimiento no es una suma de obras sino un espacio de encuentro para la reflexión y construcción de una nueva pedagogía para la vida, a partir de nuestras vidas cotidianas. El Movimiento no crea o genera obras, son las obras las que se suman al Movimiento.
¿Por qué seguir marchando?
Porque en un país hecho de pan es injusto y es un crimen que se sigan muriendo niños y niñas de hambre.
¿Por qué se marcha desde Misiones nuevamente?
Porque siguen muriendo niños de desnutrición. El año pasado según los propios dichos oficiales murieron 206 niños. Esto, por supuesto, son los que se conocen a través de los medios ¿no? ¿Cuántos son los que se desconocen?...
De Iguazú a Buenos Aires marchan (transportados en colectivos) 300 niños y niñas, educadores adultos y la avanzada, integrantes de las obras del Movimiento Nacional de los Chicos del Pueblo, procedentes de varias provincias del país. Organizados previamente para ello.
Hasta el día de la marcha distintas organizaciones sociales, instituciones, comunidades y personas van informándose, haciéndose eco y organizandose con sus niños y niñas para marchar a nivel local. En cada espacio: parroquias, escuelas, barrios, casas de los vecinos, centros comunitarios, CDI, hogares, sindicatos, entre otros se van comunicando entre si y preparando con distintas expresiones. En esos espacios se dialogan acerca de sus derechos, se reflexiona qué sucede en la vida cotidiana con ellos y se busca una forma de expresión para compartir con los otros niños y niñas acerca de lo que nos pasa y nuestros sueños para que no pase más. Algunos dibujan, otros hacen carteles, otros participan con murgas, otros cantan, otros realizan muñecos gigantes, banderas, etc. Todas estas actividades son constitutivas de la marcha, el día que nos encontramos para marchar en nuestras calles es la coronación o la gran fiesta que nos reúne luego de haber reflexionado y armado la forma de expresarnos en cada lugar en el que estamos para caminar juntos después.
En Misiones las marchas locales son cuatro: la salida, es el 29 o 30 de mayo, en Iguazú; ese mismo día almorzamos con niños de Wanda y marchamos en Montecarlos. El 31 de mayo estamos en Oberá. El 1 de junio marcharemos en Posadas.
En cada lugar se hace un gesto simbólico entre los niños locales y los que viajan a Plaza de Mayo, donde los locales entregan algo realizado por los niños y niñas de distintos grupos (a través de por ejemplo: cartas, banderas, semillas, etc) para que los lleven hasta Plaza de Mayo. Este es el mandato que llevarán los marchantes de todo el país a Plaza de Mayo.
Entonces se trata de un encuentro entre niños y niñas convertidos en sujetos activos de sus derechos, en sujetos políticos, acompañados por sus educadores (padres, madres, docentes, tutores, cuidadores,etc.). Quienes, a su vez, mientras acompañamos, compartimos momentos de encuentros y reflexión, acerca de qué estamos haciendo por y con nuestra infancia y con nuestros jóvenes.
En todas las actividades que se generan a partir de esta iniciativa es importante la participación de la mayor cantidad de organizaciones, instituciones y personas posibles que se sientan convocadas. Desde la logística (alojamiento, cena, desayuno, etc), como los espacios de reflexión, organización, comunicación y difusión. Ello hace posible que se pueda concretar.
Entonces, la construcción colectiva, la participación, los encuentros, la puesta en común de las ideas y recursos para concretarlas y la acción común posibilitan algunos caminos para abrazar definitivamente a nuestra infancia.
En resumen la marcha constituye un momento del ejercicio pleno de nuestro derecho como sujetos políticos donde nuestros niños y niñas tienen un fuerte protagonismo.
Veo cruzar las líneas de movimientos contables. A mi lado sobre la mesa, un insípido vaso de agua. Veo despertar a cada segundo las horas de la madrugada. Un leve movimiento y el agua hace una leve resonancia. Eso lo percibo de reojo, nada más porque mi cuerpo está perplejo. No es nada más mi yo dormido en la madrugada insomne.
Movimiento de mis dedos como si estuviera a la espera. Luz tenue de una larga lámpara de pie que cae sobre mi cabeza. Miro el libro que está en mi regazo pero no lo leo. Solo silencio en una habitación en penumbras.
En un rincón del techo se dibuja la silueta de una arácnida de patas alargadas. Su sombra se distorsiona cuando avanza en su inmortal trabajo de construcción, trampa mortal para los despistados insectos que deambulan por ahí. De repente es una aterradora imagen frente a mí, como salida de una película de ciencia ficción, como si fuera una especie mutante. Y estoy a punto de caer en su trampa.
Yo inmóvil. Todo es vivido mentalmente, mi cuerpo sigue inerte. Veo mi vaso de agua incolora, también su imagen empieza a jugar.
La luz comienza su proceso de mimetización con el sillón donde mi cuerpo posa dormido. Lágrimas de cristal se rompen escachadas contra el piso, producto de mis carcajadas encerradas en la habitación de paredes manchadas de humedad sofocada.
El sillón, la lámpara, el vaso, el agua, la araña, mis manos, el libro, mi cuerpo dormido, mi mente desesperada, insomne y despabilada, una imagen, una distorsión.
