Alguien me dijo alguna vez que soy un incomprensivo, yo me defendi diciendo que simplemente era un tipo al que no le gustaba las vulgaridades humanas. Darío... un muy amigo.

Se me acusa de que yo me niego a ir en nada contra mí mismo

miércoles, 18 de febrero de 2009

Próxima Estación...Cosquín!!!

Así es gente.... muy orgullosos de ser uno de los pocos medios gráficos acreditados como Prensa en el Cosquín Rock, nuestra revista Próxima Estación estará presente...
Y por otra parte como "intelecuales pavotes" también nos llegó la acreditación..así que algunos tenemos doble.


Muy contentos este 21, 22 y 23 de febrero disfrutaremos de Cosquín y próximamente todo quedará plasmado en la revista...(bueno no todo, jajaja)


Gracias a toda la gente que nos hace el aguante con estos proyectos..que sin ustedes no podríamos seguir creciendo...


PRÓXIMA ESTACIÓN ---- INTELECTUALISMO PAVOTE----

sábado, 14 de febrero de 2009

Carta del día de la fecha...

Como verán…hoy muchos festejan un día comercial. Cuando en realidad para enamorarse no hay una fecha exacta, ni un día, ni lugar. Simplemente no te avisa, y cuando menos te diste cuenta ahí está. El amor el peor de los demonios se apodera de uno. Y no siempre puede ser de manera agradable, depende hacia donde o mejor dicho hacia quien te quiere llevar.
Fuerza inmensurable, siempre presente. Un arma letal. Un fuego que quema, que apasiona también. Que es inalcanzable, y a la vez está sin darnos cuenta….que maravilla y que incertidumbre, cuanta locura tan razonable. Tanta alegría y cuanto abismo. Amanecer y atardecer, oscuridad y luz intensa...

Lovers!!! a disfrutar cada día y no tener miedo de sentirse así....solo dejarlo salir
Saludos...!!!!AdD

jueves, 12 de febrero de 2009

Recordando a un grande...

Fin del mundo del fin


Como los escribas continuarán, los pocos lectores que en el mundo había van a cambiar de oficio y se pondrán también de escribas. Cada vez más los países serán de escribas y de fábricas de papel y tinta, los escribas de día y las máquinas de noche para imprimir el trabajo de los escribas. Primero las bibliotecas desbordarán de las casas, entonces las municipalidades deciden (ya estamos en la cosa) sacrificar los terrenos de juegos infantiles para ampliar las bibliotecas. Después ceden los teatros, las maternidades, los mataderos, las cantinas, los hospitales. Los pobres aprovechan los libros como ladrillos, los pegan con cemento y hacen paredes de libros y viven en cabañas de libros. Entonces pasa que los libros rebasan las ciudades y entran en los campos, van aplastando los trigales y los campos de girasol, apenas si la dirección de vialidad consigue que las rutas queden despejadas entre dos altísimas paredes de libros. A veces una pared cede y hay espantosas catástrofes automovilísticas. Los escribas trabajan sin tregua porque la humanidad respeta las vocaciones, y los impresores llegan ya a orillas del mar. El presidente de la república habla por teléfono con los presidentes de las repúblicas, y propone inteligentemente precipitar al mar el sobrante de libros, lo cual se cumple al mismo tiempo en todas las costas del mundo. Así los escribas siberianos ven sus impresos precipitados al mar glacial, y los escribas indonesios etcétera. Esto permite a los escribas aumentar su producción, porque en la tierra vuelve a haber espacio para almacenar sus libros. No piensan que el mar tiene fondo, y que en el fondo del mar empiezan a amontonarse los impresos, primero en forma de pasta aglutinante, después en forma de pasta consolidante, y por fin como un piso resistente aunque viscoso que sube diariamente algunos metros y que terminar por llegar a la superficie. Entonces muchas aguas invaden muchas tierras, se produce una nueva distribución de continentes y océanos, y presidentes de diversas repúblicas son sustituídos por lagos y penínsulas, presidentes de otras repúblicas ven abrirse inmensos territorios a sus ambiciones etcétera. El agua marina, puesta con tanta violencia a expandirse, se evapora más que antes, o busca reposo mesclándose con los impresos para formar la pasta aglutinante, al punto que un día los capitanes de los barcos de las grandes rutas advierten que los barcos avanzan lentamente, de treinta nudos bajan a veinte, a quince, y los motores jadean y las hélices se deforman. Por fin todos los barcos se detienen en distintos puntos de los mares, atrapados por la pasta, y los escribas del mundo entero escriben millares de impresos explicando el fenómeno y llenos de una gran alegría. Los presidentes y los capitanes deciden convertir los barcos en islas y casinos, el público va a pie sobre los mares de cartón a las islas y casinos donde orquestas típicas y características amenizan el ambiente climatizado y se baila hasta avanzadas horas de la madrugada. Nuevos impresos se amontonan a orillas del mar, pero es imposible meterlos en la pasta, y así crecen murallas de impresos y nacen montañas a orillas de los antiguos mares. Los escribas comprenden que las fábricas de papel y tinta van a quebrar, y escriben con letra cada vez más menuda, aprovechando hasta los rincones más imperceptibles de cada papel. Cuando se termina la tinta escriben con lápiz etcétera; al terminarse el papel escriben en tablas y baldosas etcétera. Empieza a difundirse la costumbre de intercalar un texto en otro para aprovechar las entrelíneas, o se borra con hojas de afeitar las letras impresas para usar de nuevo el papel. Los escribas trabajan lentamente, pero su número es tan inmenso que los impresos separan ya por completo las tierras de los lechos de los antiguos mares. En la tierra vive precariamente la raza de los escribas, condenada a extinguirse, y en el mar están las islas y los casinos o sea los transatlánticos donde se han refugiado los presidentes de las repúblicas, y donde se celebran grandes fiestas y se cambian mensajes de isla a isla, de presidente a presidente, y de capitán a capitán.
JULIO CORTÁZAR

un autonauta en la cosmopista

(que podría estar simulando ser un duende para camuflarse)